Con el cierre del radio de seguridad de 100 metros alrededor de Space, hoy, a las 9:00 p.m., entrará en su parte definitiva la preparación para la demolición, por implosión, de la fase cinco del edificio.
Rogelio Gómez, gerente de la firma Demoliciones Atila Implosión, contratada por la constructora CDO para el procedimiento, confirmó que este se ejecutará mañana a las 9:00 a.m. y aseguró que no dañará edificaciones vecinas ni vías ni instalaciones eléctricas ni de acueducto ni de gas, por lo que dijo que la comunidad puede estar tranquila.
Eso sí, subrayó que no puede garantizar que las otras cuatro fases de Space resulten intactas tras la demolición de la cinco.
Ante esto, Carlos Alberto Gil Valencia, director del Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Desastres (Dagrd), ha dicho que aunque se hará todo lo posible para que la implosión afecte solo esta etapa, tienen prevista la contingencia de que las otras también se alteren.
Ello explica la evacuación de Space y su entorno y las demás medidas de seguridad antes, durante y después de la demolición.
Hoy en la tarde Atila terminará de inyectar los 25 kilos del explosivo Emulind en la fachada y la parte trasera de ocho de los 20 pisos de la etapa cinco (seis de la parte baja y dos de la alta).
Están recubiertos por geotextil negro y asegurados. El ingeniero Rogelio Gómez explicó que esta tela evita proyecciones hacia el entorno.
Cinco minutos antes de la implosión sonará una alarma tres veces; un minuto antes, dos veces, y un sonido final del dispositivo indicará el instante inmediatamente previo a la demolición.
Gómez ha señalado que la caída de la mole de concreto será en seis segundos y producirá una nube de polvo que durará siete minutos.
Es otro capítulo de esta historia que se convirtió en una especie de pesadilla sin fin no solo para las familias de las 12 personas que murieron tras el desplome de la etapa seis, que sucedió el 12 de octubre, sino para las 128 familias propietarias de Space y para otros centenares de ciudadanos impactados por la desgracia.
La nube desaparecerá y quedarán escombros y recuerdos.
Santiago Uribe Rocha, vocero de los afectados de Space, tenía dos apartamentos allí: uno en la fase seis, que se fue en el colapso, y otro en la cinco, que mañana se volverá polvo.
“Hay sentimientos encontrados. Será como un cierre para los habitantes de la cinco. Será doloroso, pero como un duelo final. Hay que empezar a construir una nueva vida con el dolor que queda porque se dejan proyectos atrás”, comentó el incansable líder.
Para nadie ha sido fácil este recorrido. La implosión estaba prevista para el pasado martes 18 de febrero y fue pospuesta por la orden que emitió la Fiscalía dos días antes para tomar muestras de concreto como parte de la investigación penal que adelanta.
Las estrictas medidas de seguridad que había fijado la Alcaldía de Medellín se mantienen.
Carlos Alberto Gil Valencia, director del Dagrd, afirmó que el Puesto de Mando Unificado se activará mañana en la madrugada.
La Administración Municipal les recomendó a los habitantes de unidades residenciales cercanas, como Palmeiras, Interclub y Rincón de la Luz, que evacuen sus viviendas desde las 7:00 a.m. hasta el mediodía.
Los que no salgan deben cerrar puertas y ventanas porque el polvo puede generar enfermedades respiratorias. También se les sugiere guardar los carros y no dejar solas las mascotas, que se aturdirán y se estresarán con el estruendo
Los bomberos rociarán con agua la nube de polvo, lo que la mitigará, aunque no la eliminará de inmediato, pues incluso un rato después seguirán partículas en el aire.
Antes de la implosión se suspenderán los servicios de gas y de energía en la zona próxima, pero no el agua.
Gil ha cuestionado que, aunque “para muchos será un show, nadie puede olvidar la tragedia que hay detrás, con 12 personas muertas y todas las afectadas”.
Es que, pese a que el hecho es otro paso en un doloroso camino, se ha sabido de ciudadanos que, con expectativa, están localizando terrazas para no perderse la implosión.
La transversal Superior (carrera 25) está cerrada desde la calle 10 hasta la vía Las Palmas. Permanecerá así hasta que se recojan los escombros o cuando se garantice seguridad para el tránsito por allí.
Las Palmas, por su parte, se cerraría 30 minutos antes de la implosión, desde la discoteca Capital hasta la transversal Inferior (carrera 30), y se abriría media hora después o cuando las autoridades lo determinen.
Lo anterior, para evitar el paso de curiosos que pongan en riesgo sus vidas por no perderse el suceso. La información de cierres viales está sujeta a cambios.
Carlos Alberto Marín Marín, subsecretario de Seguridad Vial y Control, ha dicho que en la zona habrá agentes, gestores universitarios y grúas para recoger carros que incumplan normas.
En suma, más de 100 personas compondrán el anillo de seguridad.
Adicionalmente, el Dagrd reportó que CDO firmó actas de vecindad con las unidades residenciales Interclub, Rincón de la Luz, Santa Catalina y Altos del Poblado.
Este documento es una suerte de inventario en el que, constructora y propietarios, dejan constancia de cómo están las edificaciones antes de la implosión, para luego revisarlas y ver si se afectaron.
Luis Gonzalo Parra, administrador de Interclub (ubicado en la loma del Padre Marianito), sostuvo que los 140 apartamentos de las dos torres de esta edificación y las zonas comunes quedaron en las actas de vecindad, que allí se empezaron a firmar el 7 de febrero y terminaron el pasado lunes.
“Los apartamentos están en perfecto estado”, concluyó el administrador luego de las inspecciones adelantadas para firmar las actas.
Informó que la mayoría de los propietarios saldrá temprano y estimó que todos evacuarán. Las empleadas del servicio doméstico no trabajarán en la mañana.
Anotó que, si bien ha habido acompañamiento de parte del Dagrd y CDO, los residentes están inquietos y aunque consideran que la demolición no los perjudicará, sí les molestan los cierres viales
Tomado de: El Colombiano